Minimalismo: el arte nihilista, el arte de la nada

Una obra artística que no expresa nada, que no nos hace sentir nada: minimalista. El arte minimalista no suele remitir a nada más que a sí mismo. Precisamente esta negación de toda función asociativa, la autorreferencialidad y los espacios blancos o neutros que los artistas minimalistas usaron para colocar sus "objetos específicos", responde a una motivación política que no podemos ignorar: los artistas pretendían crear un arte que pudiera existir sin el lastre de los contenidos e ideales de formación propios de la cultura burguesa. Despolitizar el arte y despojarlo de toda reminiscencia emocional o emanadora de sensaciones era un reto que los artistas se propusieron y que supuso "el principio del fin de la modernidad". L.Lippard afirmaba que el minimalismo había levantado una nueva clase de monumento funerario, palabras que enlazan con las de Nietzsche al decir que el nihilismo consiste en reducir el valor de la vida a lo mínimo.

El origen etimológico de nihilismo procede de la locución latina nihil (nada). De aquí se elabora el significado que se ha ido configurando en Occidente: pérdida de validez de los valores vigentes o carencia de valores. Por tanto el nihilismo fundamentaría la cultura de la nada, un sentimiento de rechazo a toda la historia occidental viciada por los falsos ídolos: el dinero, la religión, el estado, etc. La "nada" pasa a ocupar el centro de toda existencia, lo que sólo es posible si ocupa el lugar que en Occidente pertenecía por derecho a Dios.

Manuel Gutiérrez Tejedor